El pasado 25 de octubre la página en Facebook del Circuito para la Exhibición, Desarrollo e Investigación de los Nuevos Medios (CEDINM) anunció el cierre de dicho proyecto pues el agravamiento de la crisis contextual del país hacía demasiado difícil continuar trabajando en él:

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¿Por qué se cierra el Circuito? No hay una sola respuesta para esa pregunta, que tampoco es como las otras interrogantes que orbitan en Cuba ahora mismo y duelen más que este cierre. Por qué se van los jóvenes, por qué solo se habla de irse, por qué la vida esta tan cara y difícil, por qué está prohibido hablar de ello, del dolor y el hambre, por qué la ceguera, por qué...

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Esto lo digo ya a modo personal, no se podía continuar trabajando en esas difíciles circunstancias (en nuestro caso, nunca fuimos un proyecto subvencionado por el estado, no trabajamos con fondos estatales) para nosotros soñar y crear en independencia, el respeto a la vida, el tratar a los artistas y al público tal cual nos guastaría nos tratasen a nosotros y la libertad siempre han sido fundamentales.

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El CEDINM fue creado en 2013 en Camagüey a partir de la consolidación del Festival Internacional de VideoArte de esa ciudad (FIVAC) como modelo de autogestión para el mismo. Fue una iniciativa del también director de dicho festival, el artista Jorge Luis Santana, y su productora, Diana Rosa Pérez. El Circuito, como también se le conoció, reunía una variedad de propuestas, eventos y servicios socioculturales y a menudo colaboraba con otras instituciones y proyectos de la ciudad como la Academia de Artes Vicentina de la Torre o el proyecto MangaQ'ba.

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Para el desarrollo del CEDINM, a su equipo de trabajo le fue cedido en usufructo el local del antiguo cine Encanto, uno de los más céntricos y populares de la ciudad, que en el momento de la fundación del nuevo espacio se hallaba en condiciones de ruina y abandono. Gracias a subvenciones autogestionadas el inmueble pudo ser remozado, llegando a contar con una pequeña área expositiva en el mezzanine, un lobby acondicionado para la impartición de conferencias, charlas, talleres y otras formas de intercambio, y una sala de proyecciones 3D que se convirtió en su principal atractivo de cara al público general.

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El Festival de VideoArte de Camagüey y el Circuito para la Exhibición, Desarrollo e Investigación de los Nuevos Medios, jugaron un papel importante en la vida artística y cultural de la provincia en la última década. El primero logró convocar en sus distintas ediciones a un gran número de videoartistas, investigadores, profesores, críticos, gestores y curadores de varios países, además de los nacionales; y el segundo, se convirtió en un espacio de referencia dentro del ámbito cultural en Camagüey, preferido también por el público juvenil como opción de entretenimiento.

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En un contexto de tensión política, vigilancia ideológica e incontables trabas burocráticas, el éxito de un proyecto autónomo generado desde el interior del país sin privilegios ni vínculos previos con figuras ni instituciones, con el alcance y la magnitud del CEDINM en Camagüey resulta notable y fuera de lo común.

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El ODC lamenta la merma creciente del impulso cultural como resultado del constante ahogamiento de la iniciativa ciudadana producto de las dificultades antes mencionadas, y de las otras muchas que atraviesan las diferentes esferas de la vida individual y colectiva en nuestro país, las cuales terminan gravando sobre los derechos culturales de sus promotores y el público en general.

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También llamamos la atención, una vez más, acerca del cuidado y el aprovechamiento adecuado de las instalaciones culturales, pues nos preocupa el destino que se le dará a esta locación privilegiada que fue remozada y habitada durante 10 años por el CEDINM.